¿Por qué en el futuro habrá un SSD en la tarjeta gráfica?
La idea de un SSD en la tarjeta gráfica puede parecer una locura, sin embargo, os vamos a explicar el motivo por el cual no es una idea tan mala como parece y cómo podría ser una solución al problema de la configuración típica de memoria de los PC. Es por ello que en este artículo os relataremos el motivo por el cual no es una idea tan descabellada y en muchos casos hasta necesaria.
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El cuello de botella de los SSD en PC
Lo primero que hemos de tener en cuenta es que hay dos cosas en las que un disco duro y un SSD se parecen, la primera es que almacenan datos de forma persistente, la segunda es que son memorias secundarias a las que la CPU en el sistema y la GPU en la tarjeta gráfica no acceden. El problema viene si tenemos en cuenta que en el ordenador, al contrario de las consolas no existe un solo pozo de memoria compartido para varios componentes al mismo tiempo, sino que en algunos casos concretos hay piezas del PC que tienen su propia memoria.
Acceso a los datos del SSD desde la GPU
Esto se traduce en que si queremos copiar en PC un dato desde el SSD a la tarjeta gráfica, entonces los pasos son los siguientes:
- Buscar el dato en el SSD.
- Transmitirlo a través del bus PCI Express a la RAM del sistema.
- Gestionar el envío desde la RAM del sistema a la VRAM de la tarjeta gráfica
- La CPU se encarga de esta parte, incluyendo la descompresión de datos.
- Sí el juego es compatible con DirectStorage, NVIDIA RTX IO o cualquier otro tipo de tecnología similar, de ello se encarga la GPU en la tarjeta gráfica.
En cambio, en el caso de los sistemas con memoria unificada, como son las consolas de videojuegos, los teléfonos móviles y los ordenadores de Apple con procesadores de la propia marca, los pasos son los siguientes
- Buscar el dato en el SSD
- Transmitirlo a través del bus PCI Express a la RAM del sistema.
Por lo que en teoría la latencia en este tipo de componentes es mucho más baja, debido a que existen menos a realizar. Sin embargo, la contención es mucho mayor, ya que la cantidad de componentes usando la misma memoria es mayor. Por lo que pese a una menor latencia en ambos casos no resulta una mala idea colocar un SSD en la tarjeta gráfica o de uso exclusivo para la GPU del sistema.
¿A qué nos referimos con un SSD en la tarjeta gráfica?
Pues simple, que en la propia tarjeta gráfica haya uno o varias ranuras M.2 en los que instalar un SSD NVMe o en su defecto que venga con la unidad soldada a la circuitería, como ocurrió en la Radeon Pro SSG qué podéis ver en la imagen que preside este artículo, o en un modelo reciente de la RTX 4060 Ti. Dicha unidad de almacenamiento sería de uso exclusivo para la GPU, y en ella se podría almacenar toda la información gráfica que se requiere en las distintas aplicaciones, no solo en videojuegos, sino también en aplicaciones relacionadas con el Machine Learning, la producción gráfica y la edición de vídeo.
Lo que la GPU no tendría que pedirlos al SSD del sistema, y por tanto, no debería ocurrir todo el desplazamiento de datos que os hemos explicado en la sección anterior. Las ventajas en cuanto a rendimiento son claras. No solo si hablamos de la velocidad de acceso a los datos, sino también por el hecho que la RAM del sistema deja de verse tan saturada.
Muchos títulos usan un atlas de texturas a los que acceden a través de un atlas virtual, como es el caso de Modern Warfare 3 que requiere, según el modo gráfico de 32 GB o 64 GB para almacenar todos los assets, los cuales no caben en la memoria de vídeo de la tarjeta gráfica, no en vano, la RTX 4090 que es la más potente hasta el momento tiene solo 24 GB. Es más, solo por estas ventajas, el tener un SSD en la tarjeta gráfica no debería verse como una imposibilidad a futuro.