Alan Wake 2 no vende, pero no es por lo que te cuentan

Las ventas de Alan Wake 2, el último juego de Remedy Entertainment, no son muy buenas que se dice, incluso podríamos estar hablando de un fiasco comercial. Todo ello pese a los premios obtenidos en los The Game Awards, aunque ese caso es más bien producto del nepotismo de los organizadores. ¿Qué es lo que ha llevado a que el último juego de Sam Lake no lo esté jugando ni el tato? No, no es lo que te cuentan por la red.

Las ventas de Alan Wake 2 son un desastre, ¿inesperado?

Existe la narrativa en las redes sociales que Alan Wake 2 no ha vendido por no tener edición física, más bien no lo ha hecho por no tener el marketing adecuado. Es más, podéis preguntarles a vuestros conocidos de que va el juego ¿La respuesta que os darán? Alan quién. Es decir, casi nadie conoce el juego realmente y muy poca gente lo está jugando realmente, y no, no es un tema de sus altos requisitos técnicos en PC.

De un tiempo a esta parte creo que Geoff Keighley es un cáncer del que se acabarán arrepintiendo las grandes editoras de «La Industria» de haberlo convertido en el pregonero de la misma. ¿El motivo? Forma parte de esa mentalidad en que los videojuegos han de parecer «normales». Hasta el punto en que no vimos ni un solo gameplay de los juegos que candidatos a obtener el premio y centraron todo en un atajo de avances de diferentes juegos que saldrán a futuro. No obstante, la inferencia en medio del evento de la gente de Remedy junto a la banda musical Poets of the Fall es lo que me hace pensar que el premio fue dado a dedo.

Es decir, Remedy han decidido mostrar de todo menos lo que es el juego en sí mismo, que es lo que al fin y al cabo disfrutará la gente. Aunque la pregunta clave es si las ventas de Alan Wake 2 son malas por el hecho de que realmente no hay juego.

Un ejemplo del declive absoluto de la narratología

Los defensores de la teoría narratológica, aquellos que dicen que los videojuegos tienen como principal objetivo contar historias, son desde hace años los principales culpables de que el consumo de los usuarios se haya movido hacia otras tendencias. El caso de Alan Wake 2 es cuanto menos un ejemplo de dicha involución. No en vano, nos encontramos con un título que en el apartado jugable no ha sido nada cuidado, producto de darle más importancia a la narrativa que a otra cosa.

Las ventas de Alan Wake 2 son peores que las de los últimos Resident Evil de Capcom y juegos como la saga The Last of Us por el hecho que en jugabilidad se encuentra varios peldaños por debajo, por eso Remedy no lo muestra y decide hacer el truco del ilusionista con un espectáculo de luces y espejos. ¿Con qué nos encontramos? Poca variedad de enemigos, controles malos y diseño de niveles horrible. No obstante, esto no importa para fraudes como el Papa Doritos, quien no duda en darle el premio a la mejor dirección en su evento.

En general el usuario medio está harto de que le vendan historias, para ello ya tiene otros medios que son mucho más baratos y cómodos. En el sentido de no tener que enfrentarse a una jugabilidad horrible. Eso sí, la historia merece mucho la pena, pero mejor que hubiese sido una serie para Netflix.