Las desventuras de Tristón

Hace unas horas, nuestro pseudo-narratólogo favorito, recientemente convertido en activista político, ha dejado caer la siguiente opinión:

La supuesta preocupación del Sr. Pseudo-narratologo de que la IA le robe a actores con capacidad interpretativa, su trabajo en realidad no deja de ser una maniobra de distracción emocional, el fondo del mensaje no está ahí y todos sabemos que a la inteligencia artificial aún le queda un largo trabajo para poder imprimir la emoción de un actor de doblaje entrenado. Más bien se utiliza para personajes NPC de lenguaje plano, que no requieren emoción o simplemente se bastan de algún youtuber con el cerebro frito por sustancias. Por lo que no os preocupéis, la IA se encuentra muy alejada de poder ofrecer un trabajo artesanal de calidad.

Entonces, ¿cuál es el problema? De un tiempo a esta parte me he callado mucho por un hecho, de cualquier persona puedes aprender, incluso del que peor te cae por el hecho que cae o con el que no concuerdas por el hecho que siempre hay algo nuevo que no sabías. El problema es que Tristón para mí no deja de ser un fraude, aupado como pseudo-crítico por un sector ultracapitalista mientras se las da de Commie de salón, al más puro estilo de cierto Furro Alegre en el sentido inglés del término.

El videojuego como elemento narrativo es la mayor mentira comercial de las dos últimas décadas, a través de hacer los juegos fáciles y darle valor a la historia como valor principal se empuja a un consumo continuado donde se busca que el juego pase a ser el siguiente pisapapeles. En medio de la época de expectación, el título es maravilloso, hasta la semana, la quincena o el mes siguiente, en el que ya no se ofrece más. Todo efímero, pero todos con el premio de tener la historia completa después de haber completado el juego ¿Después de eso? Una bonita caja que termina en segunda mano.

Fue en ese periodo donde personajes como el Sr. Pseudo-narratologo se convirtieron en guías espirituales, expertos y críticos sobre lo que tenía que ser un videojuego. La huida de la gente hacia lo puramente online y el juego como servicio les llevo a transformarse de la crítica del juego altamente narrativa a la crítica política. Gamergates y mierdas varias vienen precisamente de la transformación de gente que nunca ha entendido el medio. Es más, ¿qué se puede esperar de alguien que escribe un libro dedicado a que no debería haber pantallas de Game Over?

El videojuego no es un medio continuo y determinista como puede ser el cine, los libros y la música, aunque hereda metodologías de los mismos. ¿La diferencia? El jugador no es espectador, puede fracasar y eso significa que no verá la narrativa. Es el equivalente a la ruptura del rollo de una película en un medio de una proyección de cine. En cambio, en videojuego el perder forma parte del aprendizaje y de la diversión del mismo, por la satisfacción de la mejor o peor partida, el poder llegar más lejos.

Es decir, la narración no es más que un acto decorativo en el juego, pero para el marketing de la industria es mucho más fácil vender una historia emocionante y unos gráficos bonitos que un sistema de juego. Es por ello que críticos como nuestro protagonista fueron ensalzados, con el objetivo de que los aficionados se quisieran parecer a Tristón en lo máximo posible. Tristón es para los editores y distribuidores españoles lo que fue Marisol para nuestros abuelos, alguien a quien debíamos querer parecernos. Bueno, los Xenials de mierda como yo no, tampoco la actual generación Z.

De un tiempo a esta parte se han convertido en críticos sociales de una industria en la que ni han trabajado ni saben cómo funciona realmente. La cantidad de guiones de juegos creados por Tristón es cero, ni tan siquiera ha estudiado diseño de videojuegos, pero ahí le tenemos pontificando sobre como los demás deberían hacer su trabajo.

Y es aquí donde entramos de nuevo al tema de la IA, la máquina no le hará caso a Tristón ni se verá influenciada por él. No podrá decirle sobre qué y cómo ha de escribir, la forma en la que ha de llevar los personajes y la trama. En su ansia de poder se han convertido en los guardianes de la moral. No es raro que se hiciese amigo y saliese en el pódcast de la amiga de Twitter España reconociendo que lo suyo es una lucha política con afán de controlar lo que hacen los demás. ¿La verdad? No es ni eso, es un juguete roto que se creyó su papel de influencer cuando no era más que un tonto útil. Ahora procura que le hagan caso, pero no tiene nada que ofrecer al sector, al igual que muchos otros, que usan el politiqueo por tener algo que decir.

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MinosnoGriphon
MinosnoGriphon
6 months ago

Llevaba tiempo sin saber noticias sobre dichos personajes y tampoco veo que se trate de algo novedoso. Lo que sí sorprende es cómo la gente sobreestima mucho el nivel actual de la Inteligencia Artificial que si bien, es sorprendente y fascinante que hoy pueda hacer arte conceptual, guiones y cosas que antes se creían exclusivas de los humanos, en campos como el que mencionas aun le falta camino por recorrer. Hoy por hoy, son más un complemento que un reemplazo.

Arturo
Arturo
5 months ago

Como persona que trabaja en el medio y en la industria creo que, aunque estoy de acuerdo en que ciertos personajes no aportan nada (como es el caso), la opinion general del articulo es bastante conservadora en cuanto a lo que es o puede llegar a ser el medio interactivo, sea juego o lo que se quiera llamar.
Es como decir que los libros de recetas de cocina o autoayuda no son libros por no ser novelas.
Una cosa es el formato, otra la tecnologia y otra el contenido, y la mayoria de las veces no van de la mano hacia la definicion clasica de videojuego.